CONVERGENCIA DE LA RAZÓN Y LA EMOCIÓN EN EL CULTO PENTECOSTAL - DENILSO BATEN
INTRODUCCIÓN
Este artículo de investigación titulado: Convergencia de la razón y emoción en el culto pentecostal trata de una descripción de cómo la emoción y razón se relacionan y ejercen influencia en el culto, esto surge de la pregunta central ¿De qué manera convergen la razón y la emoción en el culto pentecostal? Esta pregunta le dará dirección a la investigación descrita, la hipótesis es que los pentecostales deben tener un equilibrio entre emoción y razón para tener una correcta praxis.
Esta investigación tiene como objetivo describir la relación de razón y emoción. De la misma manera, analizar cómo estas ejercen influencia en el culto pentecostal, y para alcanzarlo se utiliza la siguiente metodología: En el primer capítulo, se definen los términos de razón y emoción y se identifica la relación entre ellas; en el segundo capítulo, se analiza el desarrollo del culto pentecostal y en el tercer capítulo, se describe la influencia de razón y emoción en el culto pentecostal y cómo tener un equilibrio entre ellas.
Este artículo responde a un tipo de investigación bibliográfica – descriptiva, porque se consultan varias fuentes relacionadas al tema con el fin de fundamentar las ideas que se presentan, también se describe y analiza desde un punto de vista psicológico la influencia de emoción y razón en el culto pentecostal.
CONVERGENCIA DE LA RAZÓN Y LA EMOCIÓN EN EL CULTO PENTECOSTAL
I. RAZÓN Y EMOCIÓN
A. RAZÓN
La razón es la capacidad de pensar o reflexionar, como también de estructurar las ideas y pensamientos de la mejor manera, aunque existen varias definiciones de razón, Martínez lo define como el uso del pensamiento y del juicio “la razón se entiende como el uso público del pensamiento y el juicio, que recupera el sujeto como constructor de su propia razón.”
Su influencia en el ser humano se ve reflejada cuando éste no se deja llevar por los impulsos emocionales sino por su raciocinio. Para José Nodarse “se deja sentir más en lo que nos abstenemos de hacer que en lo que hacemos, cuando no cedemos de inmediato al impulso del deseo ni nos dejamos arrastrar por fáciles e irreflexivos entusiasmos” y se obra conforme a la razón “cuando en fin somos capases de tomar con cautela nuestros propios criterios y no nos apegamos demasiado a ellos entonces estamos obrando conforme a la razón.”
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