PASTORAL Y SU INFLUENCIA VIVENCIAL EN EL ENTORNO JUVENIL - WILIAM SKINEER LAJ GÓMEZ

 PASTORAL Y SU INFLUENCIA VIVENCIAL EN EL ENTORNO JUVENIL

    Algo común que se visualiza en las iglesias es un constante abandono de sus miembros, específicamente de los jóvenes. En ocasiones, la manera común en la que se pretende solucionar esta crisis es la de predicar con más esmero hacia ellos y ofrecerles más cultos que a la larga se vuelven rutinarios y carecen de propósito o relevancia para sus vidas. Muy a menudo la iglesia olvida que los jóvenes son muy diferentes a los adultos y niños en su trato, ellos necesitan de una atención personalizada. Los jóvenes abandonan la iglesia porque ellos esperan encontrar un espacio de apoyo en ella, que les pueda brindar seguridad, ser acompañados, desarrollados personal y espiritualmente.

    La iglesia ocasionalmente se olvida acercarse a la realidad del joven, no se les presta atención a las dificultades y problemas que atraviesan, no conocen los motivos por los cuales les impulsa abandonar la iglesia. Ante esto, es necesario que se la iglesia pueda retomar su papel de ser un lugar donde el joven pueda encontrar una transformación a su condición de vida, es necesario que pueda brindar el amor de Cristo y trabajar para ser significativa en la vida del joven.

La iglesia debe evaluar la condición en que se encuentra, debe conocer a los jóvenes para involucrarse, debe saber cuáles son los intereses o exigencias que su vida demandan para que le den respuestas pertinentes a su condición. Es necesario entonces que, la iglesia pueda enfocar su atención al problema del abandono de los jóvenes y comprender el papel que debe tomar para convertirse en una esperanza y un lugar donde puedan encontrarse con Cristo.

CAPÍTULO I

LA DESERCIÓN DE LOS JÓVENES EN LA IGLESIA

    Existe un problema continuo de abandono e inconformidad de los jóvenes con la iglesia. En ocasiones se tiende a dejar en segundo plano a los jóvenes, además de no existir una preocupación y responsabilidad para mantenerlos en ella. La iglesia es grande en sus contactos y alcance, pero débil en la conservación y retención, se esfuerza por alcanzar, pero no hace nada para retenerla. La iglesia trabaja arduamente para traer jóvenes a Cristo, sin embargo, no les dan un seguimiento y acompañamiento adecuado, produciendo que se vayan de la iglesia y quedando el trabajo incompleto.

    Ante esto, el pastor junto con la iglesia tiene la responsabilidad de disminuir esa problemática, esto significa un cambio de estrategias, tener un mayor acercamiento, preocupación y relevancia para los jóvenes, a la vez de ser representativa y significativa en su vida personal. La iglesia no debe preocuparse únicamente en un crecimiento numérico, que cuando los jóvenes se acercan a la iglesia se les atienda y se les brinde la atención adecuada.


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